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Les yeux turquoise des soeurs siamoises

mi Lewinsky

Le hablé de mi carrera política. Reconozco que al principio se quedó algo sorprendido, como todos. Se hizo un lío bromeando con los excelentísima, doña y honorable. Pero pronto perdió la compostura y me arrastró a su cama haciendo reverencias.

“Los buenos políticos necesitan a su Lewinsky” dijo sonriendo. Pero no, en su caso no se trataba de manchar ningún vestido. Tampoco estaba pensando en despachos ni puros cuando se ofreció a ser mi "becario". Me arrancó el tanga rojo y se lo quedó a modo de prueba. Cerró el cajón de golpe, me miró con aire condescendiente y soltó: “Ni se te ocurra subirme los impuestos…”

1 comentario

Bart -

Como recurso literario "me arrancó" el tanga rojo queda bien. Ahora bien, he practicado con distintos tangas y no rssulta tan fácil romperlos. Y eso que yo lo he hecho en la sección de lencería de El Corte Inglés, cunado no me miraban. Puesto debe de ser aún más dificil.